INTRODUCCIÓN

Deja que venga a tu mente, algo valioso que hayas hecho o que estés haciendo en tu vida, que solamente dependa de ti.

 
Benditos basureros

¡Benditos Basureros!

 

LA HISTORIA

Esta es una historia, de autor desconocido, que encontré en internet, y que te ofrezco, una vez revisada, adaptada, y con mis aportaciones personales, para ti.

En 1982, Santiago fue piloto de un avión de combate durante la guerra de las Malvinas, que tuvo lugar entre Argentina y el Reino Unido.

Después de muchas misiones de guerra, su avión fue derribado.

Santiago se lanzó en paracaídas, y fue capturado por los ingleses.

 
Caída

Tras estar varios años preso, volvió a la Argentina, y se dedicó a dar conferencias explicando su odisea y lo que aprendió como prisionero de guerra.

Un día, en Buenos Aires, después de dar una de sus conferencias, estaba comiendo en un restaurante, y un hombre un poco más joven que él, que estaba en una mesa cercana, se levantó, se acercó y le preguntó:

– Disculpe, me llamo Juan, usted debe de ser Santiago. Era piloto en las Malvinas y lo derribaron ¿verdad?

– Sí, pero ¿cómo sabe eso? – le preguntó Santiago.

– Porque yo era el que doblaba su paracaídas. ¡Me alegro mucho de verle! Parece que el paracaídas funcionó bien, ¿verdad?

Santiago se quedó unos segundos en silencio… y respondió.

– Ya lo creo que funcionó! Gracias! Si no, hoy yo no estaría aquí.

 
Plegar un paracaídas

… yo era el que doblaba su paracaídas…

 

Aquella noche Santiago no pudo dormir, preguntándose cuántas veces había visto en la base aérea a Juan y nunca le había dicho ni siquiera “buenos días”. Él era un piloto, y Juan era un humilde basurero, perdón por el lapsus, un humilde marinero.

También pensó, en cuantas horas, aquel humilde marinero pasó en las entrañas del hangar, enrollando y doblando con cuidado los hilos de su paracaídas, teniendo en sus manos la vida de alguien a quien no conocía.

Ahora Santiago acaba sus conferencias preguntando a la audiencia: “¿Quién dobló hoy tu paracaídas?”

¿QUIÉN HA DOBLADO HOY TU PARACAÍDAS?

 
Me sostienen

Cada uno de nosotros necesitamos de muchos paracaídas cada día: unos físicos, otros emocionales, otros mentales, otros profesionales…

Todos, tenemos a alguien, cuyo trabajo es importante para que nosotros podamos vivir bien, y realizar nuestra misión en la vida, esto es, para alcanzar la Excelencia como dice la PNL, y para conseguir una buena Autoestima.

Yo no soy un yo aislado. Mi identidad es “sistémica”. Mi yo está insertado en un sistema de lazos interpersonales, que puede apoyarme o hacer más difícil, el logro de mis objetivos, así como la experiencia de vivir la vida que deseo.

Por eso, ahora, puedes dejar que vengan a tu mente, algunas de esas personas que han doblado alguno de tus paracaídas en algún momento de tu vida, y puedes, si lo deseas, darles las gracias, dentro de ti, y/o fuera de ti, ahora.

 
Paracaídas

¡Gracias Vida por la inteligencia y la salud genética que me has regalado hasta hoy!

¡Gracias Papá, Gracias Mamá! por enseñarme que todas las personas tenemos el mismo valor intrínseco, independientemente de nuestro origen, cultura, educación o poder económico.

¡Y Gracias a Ti que me estás leyendo, porque sin tu mirada, yo no existiría como coach! Porque no existen coaches sin clientes, de la misma manera, que no existe una madre, sin ese hijo que constituye, una parte fundamental de su vida y su existencia.

Cuando te vayas a dormir, pregúntate y recuerda:

¿Quiénes han doblado hoy mi paracaídas?

Y dales las Gracias.

Porque ellos te sostienen,
ellos son los que abonan silenciosamente la tierra fértil de tu vida,
para que germine y produzca sus mejores frutos:
la Excelencia Única que habita en Ti.

Dime: ¿Quién ha doblado hoy tu paracaídas?

Que tengas un buen día.

Eduardo Díez – Psicólogo y Coach.